Declarada patrimonio de la humanidad,
la UNESCO considera desde 2012 que la dieta mediterránea es mucho más que una
alimentación variada y equilibrada
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Pirámide nutricional de la dieta mediterránea |
Existe la tendencia a creer que la dieta mediterránea está compuesta solo por un modelo nutricional equilibrado y enriquecido por
distintas culturas que han preservado un patrón alimentario que combina
ingredientes como el aceite de oliva, los cereales, las hortalizas y legumbres,
la fruta fresca y los frutos secos. Y en menor medida el pescado, los productos
lácteos y las carnes, la presencia de condimentos y especias y también el
consumo moderado de vino o té en las comidas. Lo cierto es que también está
ligada a un carácter más sociocultural de lo que creemos, completado por la
práctica de ejercicio físico moderado. De esta forma, los habitantes de la
cuenca mediterránea disfrutan a diario de un tesoro en forma de gastronomía, declarado
en 2012 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
El documento que se presentó de candidatura a la
Unesco expone que la dieta mediterránea, además de la gastronómica, tiene
cuatro grandes funciones: acercamiento y fortalecimiento de los lazos sociales;
conservación de los paisajes, los recursos naturales, las actividades y oficios
tradicionales; contribución al bienestar físico y emocional; y la función de
intercambio intercultural e intergeneracional. Estas funciones elevan la
característica gastronómica de la dieta a la peculiaridad de hábito de vida
saludable para todos aquellos que la disfruten.
Recientemente, también se han probado distintos
avances científicos por el uso de esta dieta. Los resultados del estudio
«Prevención con Dieta Mediterránea (Predimed)» corroboran que el consumo
habitual de la DM reduce en un 30% el
riesgo de infarto de miocardio, de accidente vascular cerebral o de muerte
por causa cardiovascular. El estudio de intervención nutricional, coordinado por el investigador de
la Facultad de Medicina de la UB y del Hospital Clínico, Ramón Estruch, evalúa
a largo plazo la eficacia de la Dieta Mediterránea en la prevención primaria de enfermedades
cardiovasculares.
Congreso en Barcelona
Predimed es también el eje del X Congreso
Internacional Dieta Mediterránea, en el marco del salón profesional Alimentaria
2014, y posiciona a la dieta como una gran aliada para vencer las enfermedades
crónicas. Precisamente el director del estudio, Ramón Estruch, es
también el presidente del congreso que tiene como objetivo difundir las últimas
evidencias científicas que avalan este modelo de vida como columna vertebral de
la prevención de muchas enfermedades, así como la promoción de la salud. Según
Estruch, «en este congreso se comunicarán importantes novedades y elementos de
referencia que garantizan nuevamente que la dieta mediterránea es un modelo de
vida saludable y socialmente viable».
El Congreso, que se celebra en la Feria de Barcelona durante los días 2 y 3 de abril, marca el inicio de los distintos
actos del Año Internacional de la Dieta Mediterránea, con el foco puesto en
potenciar y comunicar un estilo de vida, teniendo en cuenta que el principal
deseo de la humanidad es la salud.
Pirámide nutricional
Hace cuatro años se confeccionó un nuevo modelo de pirámide
de dieta mediterránea que adapta el estilo de vida actual, como iniciativa
por parte de la Fundación Dieta Mediterránea. La Fundación, que promueve la
investigación y salvaguarda el patrimonio en torno a la dieta mediterránea, ha
consensuado un nuevo esquema con numerosas entidades internacionales y un
amplio grupo de expertos, y ha incorporado distintos elementos cualitativos.
La base de la pirámide está formada por los alimentos
que deben sustentar la dieta, como son los de origen vegetal que proporcionan
nutrientes clave y otras sustancias protectoras que contribuyen al bienestar
general y a lograr una dieta equilibrada. La actividad física diaria, el
descanso adecuado y la convivencia son también atributos que fundamentan la
pirámide y que aportan un valor sociocultural. Estos elementos se deben consumir o practicar con mayor frecuencia que el resto de alimentos, situados en
los niveles centrales y en el vértice. Estos últimos, como la carne blanca o
roja, los dulces, el pescado o el marisco deben consumirse en cantidades
moderadas y de forma excepcional.
Los cereales, las verduras y las frutas son los tres
productos básicos que la nueva versión recomienda como imprescindibles en las
comidas principales. Además, es vital el aporte diario de entre un litro y
medio y dos litros de agua, entre otros productos.