viernes, 26 de diciembre de 2014

Los 7 mitos de las comidas navideñas

Noticia extraída de: http://www.elmundo.es

Una mesa decorada para una comida navideña

Los excesos en la alimentación son tan típicos de estas fechas como el turrón o la lotería. Con al menos cuatro días de celebración por delante -sin contar las cenas de empresa o las reuniones con los amigos de toda la vida-, repasamos los mitos alimentarios a los que es fácil agarrarse cuando uno se sienta a la mesa, pese a que no tienen validez:

1. "Para compensar, hoy no como". La perspectiva de una cena de tres platos, precedida por decenas de aperitivos y culminada con varios postres, copa, café y puro, lleva a algunas personas a saltarse la comida anterior o la posterior. Casi siempre el objetivo de este ayuno es evitar una ganancia de peso, pero los expertos lo tienen claro: no sólo no sirve para no engordar, sino que es contraproducente. "Está científicamente demostrado que saltarse alguna de las comidas principales se asocia con una mayor tendencia a engordar", explica Alberto Sacristán, miembro del Grupo de Alimentación y Nutrición de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC). La clave está en las hormonas, aclara. "El organismo es ahorrador por naturaleza e interpreta que, si no obtiene comida en bastantes horas, la próxima vez que ingiera alimento deberá guardar las calorías por si acaso vuelve a tener carencias".

2. "Total, sólo será hoy". Dejarse llevar por la gula pensando que el de esa comida o esa cena será el único exceso es ingenuo y engañoso. "Hay que ser honesto y contar con todas las celebraciones que se plantean en el calendario. Lo que hay que hacer es intentar distribuir los excesos y ponerse metas que sabes que puedes cumplir", señala Almudena Castro, presidenta de la sección de Riego Cardiovascular y Rehabilitacion Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Puede ayudar elegir unos pocos aperitivos y colocarlos en el plato, no picotear en la sobremesa o utilizar un plato de postre para servirse.

3. "Voy a tomar un 'protector de estómago' antes del atracón": En muchas familias, el omeprazol corre como el vino entre los comensales, pero los especialistas advierten de que este fármaco "no es inocuo" y "no debe tomarse sin prescripción médica". Está indicado "en un grupo específico de pacientes, como los que tienen una úlcera de estómago, o siguen una determinada medicación y durante un tiempo pautado. Fuera de esos casos no debería utilizarse", apunta Sacristán.

4. "No pasa nada si, por un día, no sigo la medicación". Ante la cantidad de comida y bebida que se presenta en una celebración, algunos enfermos deciden no tomar sus pastillas. Esta decisión "es un grave error", especialmente en el caso de los cardiópatas. "No se puede dejar de tomar la medicación por nada", subraya Almudena Castro. Y menos aún en unas fechas en las que "la comida suele contener más sal y grasas y se bebe más líquido", coincide Rosa López Mongil, coordinadora del Grupo de Trabajo de Nutrición y Alimentación de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). La combinación de exceso y falta de medicación puede provocar, sobre todo en la gente mayor, una descompensación de una insuficiencia cardiaca controlada o incluso problemas cardiovasculares más graves y que no dan la cara hasta más tarde.

5. "Con todo lo que he comido, puedo beber más alcohol". Aunque no es lo mismo ingerir alcohol con el estómago vacío que con él lleno, la comida no tiene la capacidad de hacer desaparecer la bebida. "Un litro de alcohol sigue siendo un litro de alcohol independientemente de que hayas comido cuatro platos", recuerda Sacristán.

6. "De este sí puedo". Si es diabético, no se escude en los productos etiquetados como "aptos o especiales para diabéticos" para comer sin control. Lea la etiqueta y compruebe la cantidad de grasa y otros componentes que contienen. "Es preferible tomar del turrón normal una cantidad más pequeña que abusar del etiquetado como específico", añade López Mongil.

7. "Brindemos por la salud". Las Navidades es una de las épocas del año en las que "más se recuerda y se pide salud", señala Sacristán. "Pero no vale con levantar la copa. Hay que pensar qué se ha hecho realmente en el último año por mejorar la salud y qué se puede hacer al siguiente para prevenir", concluye.

viernes, 19 de diciembre de 2014

8 cambios en las etiquetas de lo que compramos en el supermercado

Noticia extraída de: http://politica.elpais.com

Interior de un supermercado en Madrid
¿Cuántas grasas me estoy comiendo si ataco esas galletas? Y ese aceite vegetal que contienen, ¿es el saludable de oliva o el saturado de coco? Desde mañana, conocer todos estos datos sobre los alimentos que compramos será algo más fácil. Después de un periodo de transición de tres años, la industria alimentaria de toda Europa tiene que aplicar un reglamento aprobado en 2011 que especifica al detalle cómo tienen que estar etiquetados estos productos. Entre otras cosas, será obligatorio informar sobre los 14 alérgenos más comunes, usar un tamaño de letra legible, identificar origen y composición exacta e incorporar datos nutricionales que permitan comparar qué alimento es más saludable.

Las 28.000 empresas españolas del sector llevan años adaptándose a la nueva normativa y la mayoría ya cumple, explica Montserrat Prieto, especialista en derecho alimentario de la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB). “Sin embargo, el reglamento permite que los productos comercializados o etiquetados antes de esta fecha puedan sigan vendiéndose hasta que se agoten las existencias. Cuánto tiempo dependerá de la caducidad de cada uno”, explica. Solo haber aprobado la letra más grande, la información nutricional y las ingestas de referencia, añade Prieto, “supone un gran logro para el consumidor y un gran esfuerzo para la industria”.


Para las asociaciones de consumidores, la normativa “es claramente una mejora”. “Sabremos más y mejor qué estamos comiendo”, asegura la OCU. Y no solo al comprar; comer fuera será más sencillo y más seguro para quienes padecen alergias o intolerancias. Sin embargo, los consumidores critican que el reglamento no haya llegado más lejos. El tamaño de la letra podría ser mayor, las bebidas alcohólicas no tendrían que estar excluidas de especificar su composición, aún no está claro qué datos deben dar los productos vendidos a granel... Y las temidas grasas trans no están recogidas. La Comisión Europea se da hasta 2016 para elaborar un informe y decidir si será obligatorio indicar su presencia en un alimento.

Estos son algunos de los ocho cambios que veremos en las etiquetas:

Ojo a las alergias. Las etiquetas deberán dejar bien claro si los alimentos contienen alergenos. Para indicar la presencia de lactosa o frutos secos, habrá que cambiar la tipología, por ejemplo con un color diferente o en negrita. Un anexo del reglamento menciona 14 alergenos. Los alimentos sin envasar (por ejemplo, en un restaurante o cafetería) también deben informar de la presencia de este tipo de sustancias, pero el reglamento permite a los Estados miembro decidir cómo. En el caso de España, se ha permitido que esta información pueda ofrecerse de forma verbal, lo que en opinión de CEACCU supone un amplio margen de inseguridad para los consumidores.

Fin de la letra pequeña. El reglamento es tan exhaustivo que incluso dice cómo tiene que ser el tamaño de letra mínimo de las etiquetas. Se trata, tal y como explica una portavoz del departamento de Salud de la Comisión Europea, de “mejorar la legibilidad”. Una persona sin problemas de visión debería ser capaz de leer bien los ingredientes. La letra debe ser de un mínimo de 1,2 mm de altura. Eso, en los envases de más de 80 centímetros cuadrados; en los de menos, puede ser de 0,9 mm. La asociación de consumidores Ceaccu, muy crítica con el nuevo reglamento, lamenta que el tamaño de letra mínimo “ha quedado muy lejos de lo que inicialmente se pretendía”. Un borrador preveía más del doble, 3 mm.

¿De dónde viene la carne? Hasta ahora, solo era obligatorio indicar el país de origen en el etiquetado de la carne fresca de vacuno, un requisito que, tal y como explican en la Agencia española de consumo, seguridad alimentaria y nutrición, se estableció durante la crisis de las vacas locas. También en el caso de las frutas y verduras, la miel, el aceite de oliva y en los casos “en los que no hacerlo puede suponer un engaño al consumidor”. A partir de ahora, también la carne fresca de cerdo, ovino, caprino y aves de corral tendrá que indicar el país de origen.

Llámalo sal. Aún es habitual leer en muchas etiquetas el contenido de sodio de un producto. Con la nueva regulación será obligatorio hablar de sal, una palabra que entiende todo el mundo.

Información nutricional. Se ha vuelto tan habitual encontrarla en un paquete de galletas o en cualquier plato preparado que es fácil pensar que era obligatorio. No lo era, pero ahora sí lo será. Las etiquetas tendrán que mostrar el valor energético, las grasas, las grasas saturadas, los hidratos de carbono, los azúcares, las proteínas y la sal. Y no valdrá incluir estos datos de cualquier forma. La declaración debería ser obligatoriamente “por 100 gramos” o “por 100 ml”, de forma que el consumidor pueda comparar fácilmente en el pasillo del supermercado el contenido nutricional para decidir qué producto le conviene más. Estas normas se aplican a partir del 13 de diciembre de 2016. Sin embargo, si se da cualquier información nutricional a partir de mañana, tiene que ser cumpliendo los requisitos del reglamento.

El DNI de las grasas. Es muy habitual ver entre la lista de ingredientes de unas patatas fritas o de unas galletas la denominación “aceite vegetal”. Hasta ahora era suficiente especificar si las grasas eran vegetales o animales. El nuevo reglamento acaba con esa laguna: hará falta el apellido. Aceite de oliva, de girasol o de palma, por ejemplo. Para Iciar Astiasarán, catedrática de Nutrición en la Universidad de Navarra, este cambio es relevante. “No todos los aceites vegetales son iguales”, asegura. “En el mundo vegetal existen grasas que son muy saturadas como la de coco. Es decir, son grasas con altos porcentajes de ácidos grasos saturados, incluso en mayor proporción que en las grasas animales”, explica. “Los ácidos grasos saturados incrementan el colesterol malo. Los ácidos grasos insaturados incrementan el colesterol bueno y reducen los triglicéridos en sangre”, añade.

Fecha de congelación. Los productos que han sido descongelados antes de ponerse a la venta tienen que especificarlo. Es importante porque el consumidor no debe volver a congelarlos en casa.

Todos los datos juntos. La información debe estar “en el mismo campo visual”. Es decir, los nutrientes, los avisos sobre alergenos, el origen, etc. deben estar juntos, de forma que de un vistazo el consumidor pueda acceder a toda la información. Hasta ahora se podía repartir por todo el envase.

jueves, 18 de diciembre de 2014

FELIZ NAVIDAD

El Catering Luis Sosa os desea unas Felices Fiestas y un prospero Año Nuevo!!! 

viernes, 12 de diciembre de 2014

Salud: Los beneficios de la dieta mediterránea

Seguir la dieta mediterránea podría provocar que se tengan telómeros más largos

Fuente: IDEAL.es

Una buena alimentación es la base de la salud. La dieta mediterránea alarga la vida. Varios estudios han determinado que mantener una dieta mediterranea es una opción viable para tener una larga vida.
La dieta mediterránea alarga la vida. Y no lo decimos aquí, en España, sino en Estados Unidos. Un estudio del Hospital Brigham y de Mujeres, en Boston (Estados Unidos) relaciona la alimentación siguiendo la dieta mediterránea con telómeros más largos, un biomarcador asociado a una vida más larga.
Los telómeros son secuencias repetitivas de ADN en los extremos de los cromosomas que se acortan cada vez que una célula se divide. Parecen tener la clave del envejecimiento, la edad biológica y la esperanza de vida se pueden predecir mediante la medición del ADN de un individuo.

viernes, 5 de diciembre de 2014

La dieta mediterránea se relaciona con una vida más larga

Noticia extraída de: 20minutos.es

Las virtudes de una dieta basada en el aceite de oliva
  • Seguir la dieta mediterránea podría provocar que se tengan telómeros más largos. 
  • Los telómeros son secuencias repetitivas de ADN en los extremos de los cromosomas que parecen tener la clave del envejecimiento. 
  • Telómeros más cortos se han asociado con una menor esperanza de vida y con un mayor riesgo de sufrir enfermedades.

La dieta mediterránea alarga la vida. Y no lo decimos aquí, en España, sino en Estados Unidos. Un estudio del Hospital Brigham y de Mujeres, en Boston (Estados Unidos) relaciona la alimentación siguiendo la dieta mediterránea con telómeros más largos, un biomarcador asociado a una vida más larga.


Los telómeros son secuencias repetitivas de ADN en los extremos de los cromosomas que se acortan cada vez que una célula se divide. Parecen tener la clave del envejecimiento, la edad biológica y la esperanza de vida se pueden predecir mediante la medición del ADN de un individuo.

"Nuestro estudio apoya aún más las ventajas de esta dieta para promover la salud y la longevidad"

Los investigadores norteamericanos han descubierto ahora que una mayor adherencia a la comida mediterránea podría provocar que el individuo tenga telómeros más largos, como describen en la edición digital del British Medical Journal. Telómeros más cortos han sido asociados con una disminución de la esperanza de vida y mayor riesgo de enfermedad relacionada con el envejecimiento, mientras que telómeros más largos se han vinculado con la longevidad.

El estrés y la inflamación aceleran el acortamiento de los telómeros y se especula que la adherencia a la dieta mediterránea puede ayudar a amortiguar este recorte de los telómeros. "Nuestros resultados apoyan aún más las ventajas de adherirse a la dieta mediterránea para promover la salud y la longevidad", afirma la autora principal del trabajo, Immaculata De Vivo, profesora asociada en la División de Medicina del Hospital Brigham y de Mujeres y la Escuela de Salud Pública de Harvard

Los autores de este trabajo analizaron a 4.676 mujeres libres de enfermedad del Estudio de Salud de las Enfermeras con mediciones de la longuitud de sus telómeros y que habían completado un cuestionario sobre frecuencia de alimentos. Los investigadores encontraron que una mayor adherencia a la dieta mediterránea e, incluso, pequeños cambios en la dieta, se asociaron con telómeros más largos.

"Nuestros resultados demuestran que la alimentación saludable, en general, se asocia con telómeros más largos. Sin embargo, la asociación más fuerte se observó entre las mujeres se adhirieron a la dieta mediterránea", subraya Marta Crous-Bou, becaria postdoctoral y autora del trabajo.

De Vivo señala que la investigación futura debe estar dirigida a determinar qué componentes de la dieta mediterránea están impulsando esta relación. Esto permitiría a los investigadores a profundizar en el mecanismo biológico, así como proporcionar una base para una mayor educación pública sobre la elección del estilo de vida.