Hoy os dejamos un artículo publicado en la web de una institución hospitalaria de Barcelona. Creemos que lo que en él se dice sobre los comedores escolares es interesante y merece la pena ser difundido.
Comienza el nuevo curso escolar, es el momento de organizarse e iniciar la rutina diaria, que incluye la decisión de apuntar o no a los niños en el comedor escolar. Con el tiempo ha ido aumentando el número de familias que han optado por utilizar este servicio, debido a los cambios que se han producido en la organización familiar. Aún así, hay padres que tienden a evitar esta posibilidad y son partidarios de llevarse los hijos a comer a casa porque creen que se alimentarán mejor. Pero, ¿es siempre así?
El estudio ALADINO, realizado en España en 2011, concluyó que el exceso de peso se da con más frecuencia entre los niños que comen en casa en comparación con los que comen en el colegio.
Es en el núcleo familiar donde se debe llevar a cabo la principal educación y adquisición de los hábitos saludables en los niños. El comedor escolar solo representa una comida al día, durante 5 días a la semana y no todas las semanas del año. Los niños aprenden por imitación de su entorno, principalmente, de sus padres. Por lo tanto, es primordial que en casa se promuevan unos hábitos alimentarios adecuados, que los niños irán adquiriendo con el tiempo. El trabajo conjunto entre las familias y la escuela a través también del comedor escolar es clave para mejorar la alimentación y, al fin y al cabo, la salud de los niños.
Funciones del comedor escolar
El comedor escolar debe ser una herramienta educativa complementaria, que debe tener como objetivos principales intervenir en la educación para la salud, la higiene y la alimentación, al mismo tiempo que enseña aspectos relacionados con la responsabilidad, el ocio y la convivencia. Por eso debe cumplir las siguientes funciones, desarrolladas en la “Guía de la alimentación saludable en la etapa escolar” de la Agencia de Salud Pública de Cataluña:
- Proporcionar a los niños comidas de calidad nutricional, higiénica y sensorialmente aceptables.
- Hacer educación para la salud, desarrollando y reforzando la adquisición de hábitos saludables, tanto higiénicos como alimentarios.
- Fomentar las normas de comportamiento y la utilización correcta del material y los utensilios del comedor, así como promover los aspectos sociales y de convivencia durante las comidas (educación para la convivencia y la responsabilidad).
- Planificar actividades de ocio que contribuyan al desarrollo de la personalidad y a fomentar hábitos sociales y culturales sobre alimentación (educación para el ocio).
¿Porqué no optar por el comedor escolar?
Actualmente se está potenciando la mejora nutricional de los menús que se sirven en los comedores escolares, siendo, cada vez más, revisados por dietistas-nutricionistas, quiénes planifican menús saludables y equilibrados. De esta manera se potencia la diversidad alimentaria, adecuando los menús a la época estacional y al entorno sociocultural. El ambiente del comedor es un momento propicio para que el niño acepte y realice normas tanto higiénicas como alimentarias de aceptación de nuevas comidas en un entorno lúdico y con sus amigos. Ya que por imitación y por no sentirse diferentes, los niños comen mejor, con más facilidad y sin prácticamente ayuda.
Es habitual que en casa el menú se adapte a los gustos o preferencias de los niños para evitar conflictos a la hora de comer. En el comedor escolar, no hay opción de elegir, todos los niños comen lo mismo. De esta forma, muchos acaban comiendo en el colegio alimentos que en casa suelen rechazar.
Actualmente, con la situación de crisis económica que se está viviendo en nuestro entorno, muchas familias encuentran dificultades para llegar a fin de mes y el primer aspecto en el que se procura ahorrar es en la comida. Por eso, acaban comprando menos productos frescos, de calidad y tienden a seguir una alimentación monótona, donde prevalecen alimentos superfluos y precocinados, que generalmente son más económicos. Sin embargo, estos alimentos suponen un aporte calórico elevado pero se trata de calorías vacías y no son nutricionalmente adecuados. En estos casos, el comedor escolar suele proporcionar una comida completa con frutas y verduras frescas. De aquí nace la gran necesidad de las becas de comedor, especialmente en la situación en la que nos encontramos.
Así mismo, una vez terminan de comer, los niños juegan en el patio, realizan actividades que en general suponen movimiento, fomentando la actividad física. En cambio, cuando los niños comen en casa, tienden a tumbarse delante de la televisión o del ordenador, favoreciendo el sedentarismo.
Como ya se ha comentado, el comedor escolar no lo es todo. Se trata de una herramienta que puede ser de ayuda para las familias. Por esto, es necesario que en casa se procure complementar la comida del colegio con las cenas, a partir del menú escolar aportado por el centro con suficiente antelación. Estas cenas deben ser también equilibradas y contener verduras, féculas (arroz, patatas o pasta) y carne, pescado o huevo. Además, es importante procurar que esta comida se haga en familia y con el televisor apagado para favorecer la comunicación entre todos sus miembros.
Acceso a las fuentes de consulta:
Agència de Salut Pública de Catalunya. “L’alimentació saludable a l’etapa escolar” Barcelona: Editat per l’Agència de Salut Pública de Catalunya. 2012
Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Documento de consenso sobre la alimentación en los centros educativos. Madrid; 2010.
Estudio ALADINO: Estudio de Vigilancia del Crecimiento, Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España 2011. Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Madrid, 2013.
Aranceta Bartrina J, Pérez Rodrigo C, Dalmau Serra J, Gil Hernández A, Lama More R, Martín Mateos MA, et al. El comedor escolar: situación actual y guía de recomendaciones. An Pediatr (Barc). 2008 Jul;69(1):72-88.